EL MILAGROSO CRISTO DE ESQUIPULAS DE ANTÓN




Antón, pujante distrito de la floreciente provincia de Coclé se ha distinguido desde su fundación en 1689, por el carácter afable y la laboriosidad de su gente.

Tierra fértil para el cultivo de las tradiciones folklóricas se destaca, en este campo, dentro de la geografía nacional, no sólo por sus artesanías comestibles como los Huevitos de Leche, Manjar Blanco y Bocadillos sino por sus danzas y bailes como los Quitipies, Diablos Espejos y su tradicional festival del Torito Guapo.

Antón, es conocido nacionalmente, por la veneración que este pueblo rinde a la imagen milagrosa del Cristo de Esquipulas, el santo protector de la comunidad que se encuentra en el templo de San Juan Bautista de Antón.

Son muchas las leyendas e historias que se han tejido, con el correr de los años, para explicar la aparición de tan venerada imagen en la población antonera.

Una de éstas, escuchada desde mi niñez, sostiene que la imagen fue rescatada del mar por un grupo de pescadores que la trajeron al pueblo.

Otra leyenda asegura que llegó al pueblo un forastero quien pregunta si existía una imagen de Cristo en la comunidad. Al ser negativa la respuesta se encerró en un taller por días y no se sabía de él.

Finalmente, los lugareños entraron al cuarto del forastero encontrando la bella imagen del Cristo.

Sea una u otra historia, verdad o fantasía, mito o realidad, la imagen del Cristo Salvador del Mundo es una verdadera obra de arte tallada básicamente en una pieza pues las extremidades fueron hechas en forma separada como piezas móviles.

Tal vez lo que más llama la atención del Cristo de Esquipulas es la gran cantidad de miles de exvotos o milagros que cuelgan a ambos lados del milagroso Cristo antonero que son prueba fehaciente de los miles de milagros obrados por el Hijo de Dios y que dan nombre del Cristo de los Milagros.




La festividad de la venerada imagen de Antón se inicia durante la tradicional epifanía de los reyes magos que solía celebrarse el 6 de enero y que fue cambiado por las autoridades de la iglesia católica al segundo domingo después de navidad.

Para esa fecha los portales del pueblo se visten con banderitas con la imagen del señor y patrón del pueblo.

La conmemoración religiosa se inicia con el lavado de la imagen para luego ataviarla con un nuevo vestuario.

Cada 15 de enero, la población antonera se viste de gala para dar la bienvenida a miles de visitantes que acuden al sagrado templo a venerar la imagen. Se afirma que la fecha fue instituida por Sebastián de Aguilera Jaén en el siglo 19 por celebrarse en Guatemala la conmemoración del Cristo de Esquipulas muy semejante al Cristo Antonero.



Al amanecer es sobrecogedor ver los cientos de flashlights que alumbran la carretera interamericana señalando el camino a cientos de madrugadores peregrinos.

Entre el fuerte olor a cera caliente y las luces mágicas de las cientos de velas se inicia la procesión que durante más de dos horas recorre las principales calles de la población.

Uno de los elementos que llaman la atención durante esta celebración religiosa, lo constituye la presencia de múltiples anditas que llevan la imagen del cristo adornadas con flores de seda, telas y luces. Las andas representan diferentes comunidades de creyentes del milagroso santo.

Cada representación proviene de áreas remotas y hasta de la ciudad de Panamá. Una característica que distingue a los esquipulistas antoneros como se les denomina; es que su presentación va acompañada musicalmente del ravel (una variante del violín), un pequeño tambor, caja redoblante y maracas.





La festividad culmina en la madrugada del 16 de enero con la misa de salud y con el regreso a casa de los visitantes que abarrotaron el pueblo.

Elevemos a Cristo nuestras plegarias no sólo por nuestras familias sino por un país donde exista la libertad, la justicia y el respeto por la dignidad humana.












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