FESTIVAL NACIONAL DEL MANITO EN OCÚ: Guardián de las tradiciones vernaculares

Yo me voy pa Ocú…manito

La tierra querida…manito

Tierra preferida donde la vida yo pasé feliz.

Ay manito Juan,

Yo me voy pa Ocú

Autor: Chin Carrizo

Las fiestas folklóricas de un país como Panamá se han convertido en verdaderos rituales del imaginario panameño. Se trata de tradiciones espacio temporales que fomentan la cohesión social no sólo de los pobladores del área geográfica donde se suceden sino también del país en general. Una de ellas es el Festival del Manito que se celebra anualmente, en Ocú, que en lengua indígena significa abundancia de maíz.

El Festival del Manito se ha convertido, a través del tiempo, en una vitrina de folklore vivo, para apreciar las manifestaciones folklóricas propias de la región, consideradas, por muchos folkloristas, como las más puras de la nación panameña. En su edición XLIX , el Festival del Manito Ocueño se desarrollará entre el 11 al 14 de agosto de 2022 .

Es en esta tierra bendita por Dios, el único lugar donde se toca, canta y baila la mejorana. La fiesta es propicia para admirar a los auténticos manitos ocueños interpretar la cumbia zapateada y la mejorana por 25, entre otros bailes de mejorana.

El Festival del Manito rinde homenaje a los hombres y mujeres de esta tierra que mantienen incólumes sus tradiciones ancestrales. Se dice que la frase se deriva del vocablo hermanito, palabra muy popular en estas latitudes. Sin embargo, para otros, el nombre de manitos proviene de la frase que hombres y mujeres de esta tierra utilizan al estrecharse las manos.  Al hacerlo exclaman” Ta las manitos” que significa aquí están mis manos para ayudarte, para apoyarte.

El Festival del Manito encuentra sus raíces más profundas en la preocupación de los educadores que laboraban en las diferentes comunidades que veían como poco a poco los niños y jóvenes dejaban de practicar sus tradiciones. Con el tiempo, la celebración se transformó en una fecha para que todas las comunidades circunvecinas se reunieran a celebrar, y compartir sus costumbres y manifestaciones ancestrales.

El festival es organizado por un Patronato que cuenta con la participación de representantes de los educadores activos, de los educadores jubilados, folkloristas, representantes del municipio ocueño, asociaciones cívicas y del Ministerio de Cultura (antiguo Instituto Nacional de Cultura - INAC) y de la Autoridad de Turismo (ATP) como patrocinadores oficiales.

Parte importante del Festival es el matrimonio campesino en el cual una pareja de la comunidad contrae matrimonio eclesiástico y se siguen los rituales del paseo a caballo, la cargada de los novios hasta la hamaca que sirve de solio y la gran fiesta con el brindis en totuma.

Durante las noches del festival que fue declarado Fiesta Folklórica por la Asamblea Nacional de Diputados mediante Ley No. 53 de 1 de diciembre de 1999, se pueden admirar las polleras de tres tramos o tucos adornadas con sesgos blancos lo que algunos neófitos tildarían de tireadas; las cotonas ocueñas llenas de labores marcadas y espiguetas que recuerdan los colores de la bandera de Colombia pues se afirma que una primera dama colombiana habitó en la región.

Esa noche, en el escenario de la Posada de San Sebastián se recrea el Duelo del Tamarindo que rememora los legendarios desafíos en la que los hombres de la región resolvían sus problemas a través espadas y sables y que se dieron debajo de los frondosos árboles de tamarindo que abundaban en la población herrerana.

Los ancestrales duelos convirtieron en leyenda, los nombres de Pedro Falcón, Espíritu Santos Sáez, Matías Jaramillo y Manuel Flores, entre otros legendarios nombres de hombres que se batieron en armas bajo los frondosos árboles de tamarindo.

Muchos han escuchado la frase “amaneció con la manta arrastrando” haciendo alusión a la persona que amaneció de mal humor y que quiere pelear o discutir. Es posible que dicha frase provenga de Ocú, en donde los hombres que buscaban pelea arrastraban su manta y aquel que la pisaba aceptaba el reto de batirse en un duelo. Se cuenta que una autoridad de la región mando a talar los tamarindos del pueblo como un fuerte esfuerzo para detener los duelos, pero como era de esperar…los mismos continuaron.

El desfile folklórico lo encabeza el (o la) como abanderado(a) quienes se han distinguido por el apoyo que prestan a la comunidad en el área social y cultural. Al final, la reina del festival es paseada en la cima de un rancho cargada por los hombres del poblado.

Cada año, se espera la presencia de estampas campesinas como las del penitente de la otra vida, la cargada del rancho y las talanqueras, entre otras tradiciones del vernáculo ocueño.

Luis Millones Santa Gadea ha dicho que “Las fiestas son eso: espacio, sonido, color para que las almas se entiendan” y el Festival del Manito ofrece esa oportunidad para entendernos como ocueños, herreranos y en fin como panameños. Nos permite admirar las tradiciones y costumbres que legaron con tanto sacrificio aquellos que otrora forjaron nuestra identidad. Manifestaciones folklóricas que hoy forman parte del folklore vivo de Ocú.